Aquí está lo que nos entrega el Programa de Estudio aplicado en Chile, en cuanto a la escritura en 2° Básico:
En este nivel se distinguen tres principales aspectos
de la escritura:
• enseñanza explícita de la relación de las letras
con sus sonidos, incluyendo la secuencia
de las letras para formar palabras y otros
aspectos relacionados con las convenciones
del código escrito (mayúsculas, puntuación,
etc.),
• producción de textos escritos,
• dominio de la escritura manuscrita ligada
(caligrafía).
Con respecto a la enseñanza explícita de la relación
fonema-grafema, esta se realiza de acuerdo
a la progresión que establezca el docente; por
ejemplo: vocales, consonantes de alta frecuencia
como m, p, s, etc. En esta etapa inicial es válido
aceptar que los niños experimenten con la escritura
utilizando las letras de los textos que tienen
a su alcance o que el docente modele.
En cuanto a la producción de textos, uno de
los modos de iniciarla es escribir o grabar los relatos
de las experiencias personales de los niños,
sus tradiciones orales o sus propias creaciones.
De esta manera, el docente se transforma en un
“editor” del habla de los alumnos, con lo cual modela
la producción de textos.
Progresivamente, los niños y niñas van adquiriendo
independencia y seguridad en su escritura
en la medida que progresan en sus competencias
lingüísticas y comunicativas. En la
práctica, la producción de textos se traduce en
que los alumnos, además de los productos espontáneos
de su habla y escritura, deben generar textos
como cuentos, anécdotas, otras narraciones,
poemas, noticias, cartas, informes, etc. El concepto
de texto manejado en el marco curricular y
en el programa debe entenderse como una unidad
comunicativa con sentido completo.
La producción de textos implica escritura, revisión,
reescritura y edición y adquiere sentido
cuando el texto va a ser leído por otros, cumpliéndose
así con la función comunicativa del lenguaje.
La enseñanza de la caligrafía constituye un tercer
aspecto de la escritura, cuya base se desarrolla
durante la educación parvularia, en que los
niños adquieren las destrezas grafomotrices necesarias
para dominar, al final del primer año, la
escritura manuscrita cursiva o ligada y otras modalidades
de letras, acordes al propósito y destinatario
de sus textos.
La enseñanza sistemática de la caligrafía se
refiere al aprendizaje de las letras, una a una, y a
la regularidad de la escritura en cuando al tamaño
y proporción de las letras, al espaciado entre letras
y palabras, al ligado de las letras entre sí y a
la alineación regular en relación a la línea de base.
El aprendizaje caligráfico de la escritura se
debe vincular al aprendizaje de la lectura e incluirse
en contextos significativos para el niño.
cierre del capitulo
Hace 15 años
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